A pesar de que el divorcio en China tiene una tradición más larga que en muchos países occidentales (desde 1950), hasta hace menos de una década estaba mal visto por la sociedad. A pesar de que la llegada de los comunistas al poder supuso el fin del concubinato y de los matrimonios concertados por los padres, por tradición, éstos todavía tienen mucho que decir en la elección de los hijos, sobre todo en las zonas rurales. Y luego pasa lo que pasa.
Porque los tiempos avanzan y China se moderniza a velocidad de vértigo, y al igual que en occidente, los divorcios aumentan cada vez más. La generación de hijos únicos, la emancipación de la mujer, las facilidades burocráticas y la rápida modernización del gigante asiático son algunos de los motivos por los que el divorcio rápido se ha convertido en un fenómeno cada vez más extendido.
Gran parte de la sociedad del país asiático, como ha ocurrido en otros países, ha dejado a sus espaldas todo un antiguo estigma social donde la ruptura matrimonial era considerada un motivo de crítica y de escarnio.
Lejos han quedado ya los arduos papeleos del pasado cuando las parejas, si querían romper sus relaciones personales, tenían que presentar en el registro un permiso especial facilitado por sus unidades de trabajo e incluso entonces, con ese documento, el divorcio muchas veces les era negado, pues éste solo se concretaba después que la pareja pasara una larga “meditación” y con el visto bueno de consultores de pareja.
Y hasta 1981 no se aprobaron las rupturas por infidelidad de alguno de los cónyuges, violencia doméstica o adicción a cualquier droga. Incluso, hasta 2003 era necesario aún que el Comité del Barrio o los directivos de la empresa para la que las personas trabajaban suscribiesen un documento para que la pareja recuperase su soltería (a ver qué coño tiene que opinar el jefe).
Y es que desde que en 2003 se brindó a las parejas la posibilidad de divorciarse en el mismo día, casarse y romper con tu compañero se ha convertido en el pan de cada día de la nueva sociedad china.
Hoy, con el carné de identidad y el acuerdo de divorcio firmado por ambas partes, en un mínimo de 10 minutos y un máximo de 30 pueden olvidarse de su pareja para el resto de su vida. Y en España hubo quien protestó por el divorcio exprés de tres meses…
Este fenómeno no ha pasado desapercibido para: abogados, consultorías matrimoniales o detectives privados, que enseguida han querido sacar beneficio del asunto y se han ido reproduciendo a una vertiginosa velocidad.
Los detectives privados de la metrópolis oriental de Shanghái no dan abasto: cámaras ocultas, fotografías e informes de con quién se relaciona la esposa o novia son los servicios más solicitados por los desconfiados shanghaineses, según el “Shanghái Daily”.
Otra prueba es el alza de los test de paternidad con motivo del Año Nuevo Lunar Chino, cuando millones de trabajadores inmigrantes en las ciudades regresan a sus hogares rurales y someten a sus hijos a estos traumáticos análisis.
El propio Ejército de Liberación Popular chino (ELP), el más grande del mundo con dos millones de efectivos, contrató hace unos años a un grupo de asesores matrimoniales para que midiesen los problemas conyugales entre los soldados y sus respectivas esposas.
Y como en todos lados, la ruptura del vínculo matrimonial, no es barato. El chino de clase media-baja que necesite contratar a un abogado para separarse lo tendrá complicado, porque divorciarse en China es, hoy en día, una moda cara.
La mejor manera para encender de nuevo la 'chispa de la pasión' en un matrimonio ya no es una cena a la luz de unas velas o un viaje romántico, sino saber lo costoso que es divorciarse.
Para ello, el departamento de Educación Financiera al Consumidor del Reino Unido desarrolló una calculadora que estima los costos de un divorcio y ha despertado gran pasión entre las parejas chinas.
El aparato calcula los gastos de la división de propiedades, del litigio, el soporte económico para los niños y las pérdidas de tiempo de trabajo, ofreciendo luego una cifra final sobre cuánto cuesta separarse.
El producto, utilizado ya por muchos cibernautas chinos, fue visto al principio como una herramienta de entretenimiento, pero tras los cálculos que ha generado, ha asustado a muchos que tenían la tentación de divorciarse. Muchos internautas tras calcular cuánto les constaría divorciarse, han manifestado que ya no quieren romper sus matrimonios, mientras que otros, dicen que "si hubiese sabido que divorciarse costaba tan caro nunca me hubiese casado".
Y a pesar de todo en 2010 se divorciaron en China más parejas de las que se casaron, unos 1,96 millones de chinos dejaron a sus parejas, cifra superior a los que contrajeron matrimonio, que fue de solo 1,20 millones de personas.
Debido a la última tendencia de las mujeres chinas que seleccionan a sus parejas en función de que el posible marido tenga casa, coche y un salario mínimo haciendo un uso materialista del matrimonio por parte de las mujeres, las autoridades han modificado la Ley de Divorcio. Ahora la casa se la queda el que la paga o aquel cuyos padres hayan adelantado el dinero.
El otro día leí y no recuerdo dónde que el próximo 11 de Noviembre se celebrarán en Shanghái miles de bodas, por aquello de la fecha 11.11.2011 y creo recordar que se batirá el record de bodas celebradas en un mismo día, ya os contaré.
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