martes, 12 de abril de 2011

HUKOU

El otro día os hablaba de que todo el mundo, aquí en China está pendiente de la reforma de la ley del hijo único, y ello es porque es en Primavera cuando se reúne la asamblea legislativa y en ella se modifican o publican las leyes. Y es que la del hijo único no es la única ley de la que la gente está pendiente de reforma, la otra es la del hukou.
En marzo del año pasado 13 editoriales de periódicos digitales, saltándose la censura a la torera, pedían en portada la abolición del hukou. el instigador de todo ello, un tal Zang Hong, fue despedido y eliminaron de internet toda huella de la noticia, pero ya había llegado a la calle y como no hubo reforma, la gente se pregunta si por fin este año llegará la deseada abolición.

Y qué es el hukou:
Desde los años cincuenta, existe en China un sistema de permisos de residencia que se aplica a los migrantes internos, denominado hukou. Cada familia china recibe un hukou que contiene los nombres de cada uno de los miembros de la familia, y cada persona debe registrarse en el momento del nacimiento ante las autoridades locales. Un ciudadano puede disponer únicamente de un hukou, en la zona asignada, que puede recibir por vía materna o paterna. Ello te obliga a permanecer en tu lugar de origen toda tu vida. Es este registro el que otorga a la persona determinados derechos sociales, como el acceso a la vivienda, la educación o la sanidad. Fue originalmente dispuesto para -en un país superpoblado- poder controlar mejor los flujos y movimientos migratorios internos.

Pero con el rápido desarrollo y crecimiento urbano de China el sistema de registro divide a las ciudades y al campo, a los ciudadanos de las áreas rurales, les confieren un rango de “segunda clase”, pues los inmovilizan en su zona impidiéndoles migrar en busca de mejores oportunidades.

Después del año 80, las cosas cambian un poco. Y ello es porque el Liangpiao ya no es obligatorio para comprar comida. Hasta ese momento sólo podías comprarla con esos tickets, que te daban por tu trabajo, no con dinero y no valían para otro lugar que no fuese tu zona de residencia. Lo cual te obligaba a permanecer en tu zona de nacimiento, al eliminarlos puedes moverte, pero de forma ilegal.

Porque el problema surge cuando se desea cambiar de residencia para buscar trabajo en otro lado. Hasta las reformas de 1978 China prohibía expresamente los movimientos internos de población, a menos que formara parte de algún plan estatal. Actualmente, es necesario obtener una autorización administrativa para poder cambiar de un hukou rural a uno urbano, y acceder a prestaciones sociales difíciles de encontrar en el campo.

Y dicha autorización es muy difícil d conseguir. Quien, desde el campo, se muda a la ciudad, pero no tiene el permiso necesario para residir en ella, no puede acceder a los servicios sociales en el capítulo de la vivienda o de la salud, ni al sistema de educación para sus hijos. De hecho queda segregado del resto de la población urbana, vendría a ser un “sin papeles”, dentro de su propio país.

De hecho el tratamiento que recibe esta gente es el mismo que en occidente aplicamos con la inmigración ilegal. Hasta 2003 los migrantes que no poseían estos permisos (los ilegales) podían ser multados y expulsados a su lugar de origen. Las "repatriaciones" acabaron por derogarse por las noticias referentes a la brutalidad policial y sobre todo por su ineficacia ante la incesante marea migratoria. Además, cada provincia aplica este sistema de diferente manera.

Desde 1985 también se entregan permisos temporales que sin embargo no permiten acceder a las ventajas y privilegios que disfrutan quienes poseen hukous urbanos regulares. Se permite la estancia limitada por un trabajo temporal o por estudios, cuando se acaba el contrato o la universidad se debe volver al domicilio original, en el caso de los estudiantes, pueden permanecer en la ciudad si consiguen un puesto de trabajo con contrato en una de las empresas de la ciudad.

Pese a todo, las migraciones son imparables, millones de personas han abandonado el campo en busca de mejores oportunidades, sobre todo en el sur. Muchos trabajan en fábricas texiles, en la construcción de viviendas y modernización de las ciudades y de ayis (servicio doméstico) muchas veces en condiciones de esclavitud.

Porque sin el hukou no tienen derechos y supone una mano de obra más barata, por ello muchos empresarios desaprensivos los obligan a trabajar sin ningún control y por una miseria, casi nunca les pagan lo que les prometen y sin papeles no pueden reclamar. Al contrario de lo que sucede en España que se persigue al que contrata a ilegales, aquí los jefes tienen total libertad y la culpa es del trabajador.

Hasta la posibilidad de contar con protección policial en una ciudad depende de si las personas tienen -o no- sus papeles de residencia en regla. En Beijing, por ejemplo, hay dos decenas de colegios operando más o menos al margen de las normas, que ofrecen específicamente sus servicios a este tipo de inmigrante doméstico ilegal. Allí sólo unos 460.000 niños nacieron irregularmente en los últimos tres años, puesto que lo hicieron con sus padres fuera del sistema, lo que significa que ellos también están fuera de él y no tienen derecho ni a la escolaridad. A las personas registradas en el campo pero que trabajan en las ciudades las llaman “nongmingong”.

El sistema no sólo divide a los ciudadanos de campo y ciudad, sino que debido a la imparable migración ilegal, en las ciudades también son ciudadanos de segunda clase y el propio gobierno sospecha que prolongar la situación actual puede derivar en que aparezcan las típicas “villa miseria”, con su precariedad, organizaciones delictivas y vidas marginales, que son casi desconocidas en las ciudades chinas. El hukou de hoy no ha evitado la migración campo-ciudad; pero ha creado ciudadanos de primera y de segunda.

Este sistema se ha ido suavizando en los últimos años, probablemente porque los flujos son realmente incontrolables. La liberalización selectiva comenzó con las ciudades de menor tamaño. En enero de este año entró en vigor una nueva ley de contratación laboral que reconoce un mínimo de derechos y la Federación Nacional de Sindicatos de China comienza a preocuparse por los migrantes de origen campesino. Sin embargo, lo cierto es que todavía hoy los trabajadores rurales migrantes, con o sin permisos de residencia temporal, y los miembros de su familia en las zonas urbanas siguen siendo considerados como "extranjeros", "población nómada" o "flotante", lo que les hace más vulnerables a la extorsión. Debido a su escasez, en muchas ciudades la gente ha comenzado a comprar y vender hukous.

Se calcula que esta es la situación en la que se encuentran más de 120 millones de chinos (sumando quienes tienen permisos de residencia temporales y quienes ni disponen de estos permisos ni están registrados correctamente). Pero también hay quien valora que es precisamente este sistema institucionalizado de control de la mano de obra el que ha permitido un rápido desarrollo en el país, gracias, en parte, a la mano de obra barata.

Lo que si se preguntan los expertos, es que métodos utilizará el gobierno para que, cuando elimine la ley, no ocurra un estampida y se colapsen todos los servicios básicos, como la sanidad o la educación.

Se calcula que en sólo tres décadas la población rural china que emigrará hacia las ciudades será equivalente a la de los siguientes países, sumados: Alemania, Francia, Gran Bretaña, Corea del Sur, Sudáfrica, España, Polonia y Canadá. Una multitud de proporciones gigantescas. Como consecuencia de estas migraciones internas, la población urbana de China será del orden de los 1.000 millones de almas.

Beijing, Shangai y Guangzhou serán mega-ciudades. Pero el país tendrá unas quince ciudades de más de 25 millones de habitantes, cada una. Pensar solamente en la enormidad de obras de construcción y comunicaciones que esto requerirá, simplemente da miedo.

Lo cierto es que China tiene ya 170 ciudades de más de 1 millón de habitantes. Una dimensión desconocida, pues sólo hay nueve de ellas en los Estados Unidos y dos en Gran Bretaña. El equivalente a Nueva York, en China es la desconocida Tianjin, y que el equivalente a Los Ángeles sería Qingdao, que no creo, ni que le suene a nadie.

Esta foto está hecha desde mi casa, es la construcción de la Shanghai Tower, que será el edificio más alto de Shanghai. Las casas de tejado rojo de alrededor es dónde viven los obreros mientras duren las obras, son todo dormitorios llenos de literas, con algunas zonas comunes en la planta baja. los obreros son más de mil, toda gente de pueblos y cobran unos 1.500 yuanes al mes, es decir, 150 euros.

Estos cartelitos están por todo el centro de Shangai, son de gente que se ofrece para trabajar (fontaneros, electricistas..). En lugar de hacer la típica fotocopia con flecos llenos de teléfonos y pegarla en el súper o en la parada del bus, ellos colocan estos carteles apoyados en los árboles o las farolas y así si la gente les da patadas, van recorriendo toda la ciudad. Son o no son originales?

1 comentario:

  1. Un momento, un momento: ¿la revisión de la ley de natalidad significa que podrán parir más de un hijo??? Porque si es así, nos comen. Ya no tienen ni pizca de respeto por la vida animal y la están extinguiendo, no creo que se corten en comerse otras razas(no sería el primer ni último caso). Ufff, ufff, qué miedito dan!!

    ResponderEliminar