sábado, 3 de septiembre de 2011

DOMINGO = BRUNCH

A mí, como a la mayoría de la gente, los domingos me encanta levantarme tarde y desayunar con calma. Lo malo del plan, es que si ese día tienes, como nosotros, comida familiar y desayunas a las 11 de la mañana, quién es el guapo que se mete una comida de tres platos a las 2 de la tarde, y para colmo hecha por tu madre o tu suegra, que lo de comer ligero no entra en su vocabulario. Todas están cortadas por el mismo patrón, se quieren lucir en la cocina y uno acaba al borde de la indigestión; cuánto daño hizo Arguiñano en nuestro país!!

Para eso los anglosajones, que son muy prácticos, inventaron el “Brunch”, palabra que es un acrónimo de desayuno (breakfast) y comida (lunch), comida que se toma a partir de las 11 de la mañana, normalmente, y sirve de sustituta de ambas.

Normalmente es un buffet que contiene tanto alimentos propios del desayuno (huevos, bacon, salchichas, bollos….-hablamos de desayuno anglosajón, no español) como de la comida (carnes pescados, ensaladas...).

Y aquí en Shanghái, hace poco he descubierto que es la ciudad del “brunch” dominical. En todos los hoteles lo tienen y muchísimos restaurantes también. Para los precios de China no es barato, pero para los occidentales es un chollo, por unos 30 euros aproximadamente, te pones hasta las trancas de comer, langosta, caviar, foie...con todo el champán que quieras.

Justo antes de las vacaciones, Alejandro y yo fuimos a uno de los más famosos, el del hotel Le Royal Meridian. Santa Madonna, menudo buffet, había de todo tipo de comidas, orientales y occidentales, si se te antoja puedes comer sólo a base de sushi o de langosta, había asados de todo tipo de carnes, pescados, pastas italianas, comida china, etc…y había dos precios diferentes, menú con o sin champán, nosotros lo pedimos sin champán pues con tomarlo en Navidad ya tenemos
bastante, pero aquello era decadente del todo, la gente lo bebía como si fuera agua y para colmo había un grupo de chicas disfrazadas de enfermeras que paseaban por las mesas con una ponchera llena de jeringuillas de tamaño caballo, llenas de champán y el que lo quería se lo metían hasta la garganta, después de ponerle un babero. A mí me pareció un poco vulgar, la verdad, pero la gente se lo pasaba pipa.

El buffet de postres no os lo podeis imaginar, fuentes de chocolate, helados,… y había incluso “sweet party”, que es un mostrador lleno de chuches y gominolas.
Lo bueno es que mientras los padres se ponen morados, los niños tienen su propio buffet a base de hamburguesas, perritos… controlados en todo momento por animadoras que juegan con ellos.



Este domingo pasado llevamos a lago al brunch del hotel Shangri-La, que está al lado de casa. La verdad es que flipó bastante, aquí la comida estaba dividida por nacionalidades, mejicana, hindú, japonesa, europea….También tenía sus fuentes de chocolate, sweet party… Pero con lo que más alucinamos fue con los chinos de la mesa de al lado, eran tres y sólo comieron patas de cangrejo real, unos 25 platos aproximadamente. Claro que a Iago hubo que mandarlo parar con el sushi y el sashimi.



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