Con la que está cayendo en Galicia en cuanto al escándalo por corrupción de altos cagos del Igape, no puedo dejar de pensar en la suerte que tiene esa gente de no ser chinos, aparte de que parece que está de moda el ser corrupto. Como siempre China bate todos los records, hace un par de semanas toda la prensa china y mucha de la prensa mundial se hacían eco de la noticia de la condena a muerte de Xu Zongheng, antiguo alcalde de Shenzhen (en el sur de China), aunque quedará suspendida por un periodo de dos años porque él mismo ha confesado sus crímenes.
Ha sido condenado por aceptar sobornos. Un tribunal de la provincia de Henan, en el centro de China, ha declarado culpable a Xu de apropiarse de más de 33,2 millones de yuanes (3,5 millones de euros) en sobornos procedentes de una empresa de material de construcción y de funcionarios de bajo nivel que buscaban ascensos. Aparte de la pena capital, se le ha condenado a perder sus derechos políticos, y ordenó confiscar sus activos personales (toma nota Pantoja). En China, la suspensión en dos años de la pena de muerte suele acabar en una cadena perpetua, si hay buen comportamiento. (Ay! Julián Muñoz & compañía que suerte que sois españoles…).
Y es que el acelerado crecimiento de los últimos 30 años que lleva a China a batir récords económicos casi constantemente, también conduce a batir otros, no tan positivos: 4000 funcionarios chinos huyeron del país con 50.000 millones de dólares robados de fondos públicos, en estas tres últimas décadas. La mayoría de los funcionarios lavaron el dinero público con la adquisición de propiedades inmobiliarias en el exterior y aprovecharon para eso los servicios de bandas criminales de otros países.
En 2009, las autoridades chinas investigaron varias decenas de viajes al extranjero de más de 300 funcionarios, algunos países como Estados Unidos y Australia, se han convertido en "el paraíso para los que se esconden”.
El presidente de China, Hu Jintao, declaró prioritaria la lucha contra la corrupción, que debilita la imagen del PCC. Asimismo, Pekín firmó diversos tratados de extradición con países occidentales para repatriar y castigar a los funcionarios corruptos fugados.
La corrupción es uno de los mayores problemas del partido en el poder, y uno de los asuntos que la población china critica con más dureza. Los ciudadanos se quejan acerca de funcionarios con relojes de oro, conduciendo coches de lujo, asistiendo a banquetes y dando los mejores trabajos a sus amigos y familiares. Y como son así de originales, incluso han creado un videojuego que consiste en cazar a funcionarios corruptos imaginarios que se dedican a robar dinero y que se pasean con sus amantes vestidas en bikini. El videojuego se llama: Luchador incorruptible.
El escándalo más reciente es la utilización ilícita del fondo de pensiones de Shanghai, más de 50 personas han sido detenidas en conexión con el escándalo, incluyendo varias altas autoridades de Shanghái así como empresarios. La primera figura importante que fue destituida de su cargo el mes pasado fue el líder del Partido Comunista en Shanghái, Chen Liangyu. Así como uno de los hombres más ricos de China, Zhang Rongkun. Parece que han desaparecido unos 1.250 millones de dólares del fondo de seguridad social (si hay que robar se roba, robar pa na es tontería).
Y es que ya lo decía Julio César, “la mujer del césar no sólo debe ser honesta, sino que además ha de parecerlo”.
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