domingo, 27 de febrero de 2011

ANECDOTAS VARIAS (III)

CANAS:

Otro tema que me maravilla es el de las canas, me explico, los chinos tienen el pelo muy oscuro y la asombrosa ausencia total de canas a partir de cierta edad (sobre todo en los hombres), me tenía alucinada. Solo ves a chinos con canas cuando ya son ancianos. El resto lucen una cabellera que ni Antonio Banderas a los 20 años. Lo comento con Alejandro y él dice que debe ser la genética, al igual que los negros que envejecen más tarde (iluso).

Pues si tienen canas, como todo el mundo, pero se las tiñen y a saber con qué tinte, porque me cuenta una amiga que estuvo en un hotel de Suszhou y por la noche le dejaban encima de la almohada una nota en la que le decían que si se había teñido el pelo recientemente avisase para que le cambiaran la almohada si así lo creía necesario (usarán algo del tipo “betún de judea”, porque yo me tiño en la pelu y jamás he manchado la almohada).

Esta propensión al uso de tintes no ha sido algo común siempre y hasta hace unos años esta práctica había sido algo tabú. Hay un proverbio chino que dice que hay que dejar las cosas tal cual son. Confucio dijo que el cuerpo, el pelo y la piel son herencias de "nuestros progenitores y no debemos herirlas o causarles daño", pero esta tradición confuciana se perdió hace mucho tiempo tras la Revolución comunista y cultural.

Esta claro que el tema del pelo es algo muy importante para ellos porque incluso los monjes budistas se rapan el pelo como acto de renuncia a la vida mundana.

Algunos expertos dicen que esta obsesión viene de la importancia dada a la salud y la juventud, combinada con los cambios sociales de la vida moderna. En China, prácticamente tres de cada cinco personas tienen menos de 40 años, haciendo que los trabajadores mayores sean fáciles de sustituir.

En el periódico inglés del Gobierno chino, y en casi todas las fotos los altos ejecutivos y políticos chinos, independientemente de su edad, tienen el pelo negro tizón. Seguro que la genética ayuda, pero en China, el tinte entre los hombres es tan común como el té y tampoco hay barbudos, son bastante lampiños.
Y ya hemos visto a unos cuantos con peluca, desde luego más que en toda mi vida, y canta de lejos.




Comparar la cabellera del presidente chino, Hu Jintao, de 69 años con la de George Bush de 65, o la de Wen Jiabao, el primer ministro de 69 con Tony Blair de 58 (a que el primer ministro y el presidente parecen iguales, pero no lo son).

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